Historia de portugal 2
Descubre el legado de Portugal: la historia de un gran imperio
Portugal, un país pequeño con una población de 10 millones de habitantes, se sitúa en la puerta occidental de Europa. A pesar de su modesto tamaño, fue el bastión de un gran imperio que se extendió por los cinco continentes. Además, fue pionero en el arte de la navegación que llevó a Europa a conquistar el mundo.
Para comprender el legado del imperio de los lusos, es fundamental explorar la historia que dio forma a Portugal como nación. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, el territorio portugués formaba parte de la provincia de Lusitania en la península ibérica. Esta región fue invadida por diversos pueblos germánicos, como los suevos y los visigodos, que establecieron reinos en la zona.
Estos reinos germánicos sucumbieron ante la invasión musulmana del Califato, que dominó la región por un tiempo. Sin embargo, la historia de Portugal no termina aquí.
En el próximo artículo, exploraremos cómo Portugal emergió como una potencia marítima, sus exploraciones y descubrimientos que marcaron la historia mundial, y su influencia duradera en la cultura y el comercio global. ¡No te lo pierdas!
El surgimiento y expansión del reino de Portugal durante la Reconquista
Durante la Edad Media, la península ibérica fue escenario de intensos conflictos entre musulmanes y cristianos. La presencia musulmana en la región dio lugar a la formación de diversos estados musulmanes menores, que poco a poco fueron siendo expulsados por los reinos cristianos en un proceso conocido como la Reconquista.
Uno de los reinos cristianos que destacó en este proceso fue el Reino de León, que hacia finales del siglo XI llegó a ocupar gran parte del territorio. En este contexto, el condado de Portugal, que pertenecía a este reino, se separó en 1139 para convertirse en el Reino de Portugal. Siguiendo la Reconquista, Portugal se expandió hacia el sur, expulsando a los musulmanes almohades hacia 1242 y formando el Reino de Algarve.
Si bien la batalla de Ceuta se considera el inicio del Imperio Portugués, cuando los portugueses se extendieron hasta esta ciudad española, la consolidación de Portugal como potencia marítima coincidió con la Era de los Descubrimientos. Durante este periodo, Europa trascendió sus fronteras para emprender la conquista del mundo, con Portugal desempeñando un papel crucial en la exploración y colonización de nuevas tierras.
La Era de los Descubrimientos Portugueses: Pioneros en Navegación
Desde el siglo XV, los portugueses fueron pioneros en la navegación, enviando diversas expediciones lideradas por figuras como Bartolomé Díaz, Vasco da Gama y Pedro Álvarez Cabral. Estas travesías abrieron grandes rutas comerciales por los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Sin duda, una de las figuras clave en este desarrollo fue Enrique el Navegante, quien construyó y financió el monopolio de las exploraciones, sentando las bases para el posterior desarrollo del imperio colonial portugués.
Cronología de la Formación del Imperio Portugués
Hablando del imperio portugués, es interesante observar la cronología de su formación. Los primeros territorios ultramarinos, tras la toma de Ceuta, fueron las islas de Madeira y Azores entre 1419 y 1452. Estas islas, al encontrarse deshabitadas, fueron rápidamente colonizadas y permanecen hasta hoy bajo soberanía portuguesa.
Exploración de las Costas Africanas durante el Siglo XV: Un Viaje a través de la Historia
Desde el siglo XV hasta la actualidad, la exploración de las costas africanas ha sido un tema fascinante que ha dejado una profunda huella en la historia. Todo inició con la exploración de las actuales regiones de Sahara Occidental, Mauritania, Senegal y Guinea Bissau. En 1445, se erigió la primera factoría en lo que hoy es Mauritania. ¿Pero qué son estas factorías?
Las factorías eran establecimientos comerciales donde la población local trabajaba en la explotación de recursos. Por lo general, se construían en las costas, cerca de importantes metrópolis. En 1462, se establecieron factorías en lugares como Verde y, en 1472, en Santo Tomé y Príncipe. Estas islas, aunque inicialmente deshabitadas, fueron reclamadas por la Corona Portuguesa, convirtiéndose en algunas de las colonias europeas más antiguas en África.
En la segunda mitad del siglo XX, la expansión portuguesa continuó, llegando a nuevos territorios que incluían Benin, Nigeria, Gabón, Angola y Namibia. Los portugueses fueron pioneros al rodear el cabo de Buena Esperanza, abriendo nuevas rutas marítimas y dejando un legado histórico que perdura hasta nuestros días.
El Impacto de la Competencia en la Era de los Descubrimientos
La historia de la exploración marítima está marcada por la competencia entre las potencias navales de la época. Durante la expedición de Bartolomé Díaz, la esperanza y la intriga se entrelazaban en cada travesía. Sin embargo, los portugueses mantenían un ritmo acelerado en el desarrollo de la navegación a vela, introduciendo innovaciones como las carabelas, galeones y naos que reemplazaban a las embarcaciones a remo.
Este avance tecnológico fue uno de los pilares del éxito náutico portugués. Pero, como en todo desafío, la competencia era inevitable. Los vecinos castellanos, tras la unión de las coronas de Castilla y Aragón y la expulsión de los musulmanes de la península ibérica, entraron en escena. España se adelantaba a Portugal en la carrera por el dominio de América, desde el histórico viaje de Cristóbal Colón.
Para evitar conflictos, ambas coronas firmaron el Tratado de Tordesillas, con el beneplácito del Papa, donde se dividían las zonas de navegación y conquista. Este hito marcó un punto crucial en la competencia por el control de las rutas marítimas y los territorios recién descubiertos.
Exploración Portuguesa y Española en el Siglo XV
En el siglo XV, Portugal y España se aventuraron en la exploración marítima, expandiendo sus horizontes más allá de lo conocido. Portugal trazó una línea imaginaria 370 leguas al oeste de Cabo Verde, abriendo la posibilidad de continuar hacia el Cabo de Buena Esperanza. Mientras tanto, España se embarcó en la conquista de América. En este contexto, el legado de Bartolomé Díaz marcó el inicio de expediciones por el océano Índico, siendo la más destacada la de Vasco de Gama.
La expedición de Vasco de Gama, que culminó con su llegada a Calicut, trazó la primera ruta de navegación de Europa hacia la India. Es crucial señalar que la navegación por el océano Índico resultaba más favorable que en el Atlántico, ya que los vientos eran más predecibles, facilitando la travesía. Fue así como, hacia el año 1500, una expedición liderada por Pedro Álvarez Cabral alcanzó Sudamérica, fundando la Tierra de Santa Cruz y dando inicio a la conquista de Brasil bajo la órbita portuguesa.
El legado colonial portugués en Brasil y Asia: una mirada a la historia
En el siglo XVI, Portugal extendió su dominio hacia nuevas tierras, estableciendo colonias en lugares remotos como Sri Lanka, India y más allá, alcanzando lugares como Malasia, Timor Oriental, Macao en China y Taiwán. En Tordesillas, se fundaron diversas factorías a lo largo de la costa brasileña, explotando recursos como la madera, el oro, la caña de azúcar y el café.
El comercio de especias se convirtió en el principal motor de la economía portuguesa. A pesar de disfrutar de una dieta real rica en sabores exóticos, la monarquía portuguesa sufrió un duro golpe durante la batalla de Alcazarquivir. En este enfrentamiento, los portugueses intentaron tomar el poder de la dinastía Assad en Marruecos, pero fueron derrotados, resultando en la muerte en combate del rey Sebastián I, sin dejar descendencia.
Este episodio marcó un antes y un después en la historia de Portugal, impactando su posición en el escenario mundial y su legado colonial en Brasil y Asia. Las colonias establecidas durante esta era dejaron huellas profundas en la cultura, la economía y la sociedad de estas regiones, moldeando su desarrollo futuro y creando un legado que perdura hasta nuestros días.
En el pasado, se desencadenó una breve guerra de sucesión portuguesa que marcó un cambio significativo en la historia. En ella, el rey Felipe II de España logró imponerse sobre el último pretendiente de la dinastía Avis, Antonio I, lo que significó el fin de esta dinastía y la unión dinástica con España. Felipe fue proclamado como rey de Portugal, dando inicio a un nuevo período bajo la Casa de Austria.
La expansión colonial portuguesa
Esta unión no detuvo las ambiciones coloniales de Portugal. A finales del siglo XVI, Brasil se había convertido en la principal colonia portuguesa. Los portugueses lograron expandir su territorio en el continente, con la ayuda de los bandeirantes, descendientes que se adentraban en las selvas amazónicas en busca de territorios por la fuerza, enfrentando a la población indígena en acciones violentas.
La presencia en África
Durante este período, la presencia portuguesa también se extendió por África. Las expediciones exploratorias y comerciales llevaron a la creación de rutas comerciales y establecimientos en territorios africanos, consolidando así la presencia de Portugal en el continente.
La Influencia de Portugal en el Comercio de Esclavos y la Competencia con Nuevas Potencias
El legado colonial de Portugal en África y Sudamérica
En el pasado, Portugal logró expandir sus territorios hacia lo que hoy conocemos como Angola y Mozambique. Los portugueses, además, fueron pioneros en el comercio de esclavos, exportando una gran cantidad de africanos a sus colonias en Sudamérica. Sin embargo, a medida que otras potencias como Inglaterra y los Países Bajos surgían con sus propias compañías de las Indias Orientales, la influencia de Portugal se vio mermada en Asia.
Competencia y conflictos en el siglo 17
Con el ascenso de nuevas potencias, Portugal se vio desafiado en diversos frentes. Aunque lograron mantener presencia en lugares como Timor Oriental y Macao, enfrentaron conflictos como las guerras luso-neerlandesas. Durante estas guerras, los Países Bajos intentaron tomar territorios portugueses como Tomás e Ilan y Malaca, aunque no lograron capturar lugares como Santo Tomé, Príncipe, Angola y Brasil.
Este intento de invasión resultó en la creación del efímero Brasil Neerlandés, mostrando la lucha por el poder y la influencia en la región. A medida que otras potencias se fortalecían, Portugal se vio obligado a enfrentar nuevos desafíos en un escenario global en constante cambio.
La Guerra de Restauración Portuguesa y la Expansión de Brasil en el Siglo XVII
El Fin de la Unión Ibérica
Entre 1630 y 1654, tras el debilitamiento de los Habsburgo a raíz de la Guerra de los Treinta Años, la Casa de Braganza aprovechó para dar inicio a la Guerra de Restauración Portuguesa. En este conflicto, lograron imponerse a los españoles, poniendo fin a la unión ibérica. Juan IV de Braganza ascendió al trono, aunque durante este proceso Portugal perdió Ceuta y Hermisende.
El Siglo XVIII: Absolutismo y Exploración Minera en Brasil
El siglo XVIII se caracterizó por el auge del absolutismo y el descubrimiento de la explotación minera en Brasil. Este territorio se convirtió en una pieza clave para la corona portuguesa, que continuó su expansión en la región. Tras disputas con España por la Colonia de Sacramento, actual Uruguay, se firmó el Tratado de Madrid para definir las fronteras en Sudamérica. Con esto, el territorio brasileño fue tomando forma.
Conflictos Fronterizos y Expansión
A pesar de la definición de fronteras, los conflictos con España persistieron y se intensificaron en los años posteriores. La rivalidad entre estos dos vecinos ibéricos seguía latente, desencadenando tensiones y disputas territoriales en la región.
El Periodo de Transición en Portugal
Con la invasión española del territorio portugués durante la Guerra de los Siete Años, se desencadenó una serie de eventos que marcarían un periodo de transición en la historia de Portugal. A pesar de la resistencia con la ayuda de sus aliados británicos, en Sudamérica se perdieron importantes territorios como la Colonia de Sacramento y Río Grande del Sur durante la Guerra Fantástica.
Se considera que este periodo de absolutismo llegaría a su fin con el ascenso al poder de María I de Portugal, quien implementó sus propias medidas políticas y económicas. Sin embargo, tras la muerte de su marido, su hijo Juan VI de Portugal asumió la regencia.
Las Guerras Napoleónicas y la Lealtad Portuguesa
El siglo XIX comenzó con las Guerras Napoleónicas, durante las cuales Portugal se mantuvo fiel al Reino Unido y se negó a cumplir con el bloqueo comercial impuesto por Francia. Esta postura leal desencadenó la invasión de la península ibérica por parte de Napoleón, dando inicio a la Guerra de Independencia Española.
El Imperio Portugués en Brasil durante el siglo XIX
La historia del Imperio Portugués en Brasil durante el siglo XIX es fascinante y llena de giros inesperados. Uno de los momentos clave fue cuando, con el apoyo británico, lograron expulsar a los franceses y restaurar la monarquía borbónica, evitando así la invasión de Portugal. Sin embargo, el rey Juan VI y toda la corte real habían huido a Río de Janeiro ante esta amenaza, estableciendo la sede de la Casa de Braganza y la capital del imperio en Brasil.
En 1815, se formaría el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, convirtiéndose formalmente en el primer y único imperio europeo gobernado desde fuera de sus fronteras. Durante este período, la expansión brasileña hacia el sur fue notable, con la recuperación del Río Grande del Sur y la Banda Oriental (actual Uruguay), aprovechando la guerra de independencia entre el Virreinato del Río de la Plata y España.
Este momento marcó la máxima expansión del Imperio Portugués, sin embargo, sería efímero. Al regreso de Juan VI a Portugal, su hijo…
El Imperio de Brasil: Pedro I y la Casa de Braganza Sajonia Coburgo
La Proclamación de Brasil como Imperio Independiente
En el contexto de la guerra de independencia de Brasil, Pedro Cuarto aprovechó la situación para proclamar a Brasil como un imperio independiente. Esta guerra de independencia fue mucho menos sangrienta en comparación con las guerras hispanoamericanas, pero marcó el fin de la influencia portuguesa en América. Fue así como Pedro I de Brasil se proclamó como el primer emperador de Brasil. Esta acción significó una gran pérdida para Portugal, marcando el comienzo de su declive como potencia mundial.
El Siglo XIX y las Crisis Políticas y Sociales
El siglo XIX estuvo marcado por constantes crisis políticas y sociales en Portugal. Una de las situaciones más destacadas fue una guerra civil que resultó en el derrocamiento de Pedro I en un intento de reinstaurar el absolutismo. En este escenario, María II de Portugal tomó el poder tras su matrimonio con Fernando II de Sajonia. Este acontecimiento marcó el inicio del período de la Casa de Braganza Sajonia Coburgo en Portugal.
Los Desafíos de la Nueva Casa Real
La nueva dinastía tuvo que enfrentarse a constantes revueltas y desafíos para mantener el control y la estabilidad en Portugal. A pesar de estos desafíos, la Casa de Braganza Sajonia Coburgo logró gobernar en medio de un contexto político y social complejo, marcando un período crucial en la historia de Portugal.
Portugal y su Lucha por el Poder Colonial en África
En el contexto del republicanismo que se extendía por toda Europa desde la Revolución Francesa, Portugal se vio inmerso en revueltas que exigían cambios. Sin embargo, estas tensiones se calmaron tras la ejecución de obras públicas y la modernización del país bajo el mandato del primer ministro, Folch es Pereira de Melo.
Durante el reparto de África, Portugal logró reafirmar su soberanía sobre algunos de sus territorios, entre los que se encuentran Angola, Mozambique, Guinea-Bissau, y Santo Tomé y Príncipe. A pesar de ello, tuvo que renunciar a otras áreas donde había establecido puestos comerciales, como el Congo, Guinea y Rhodesia, debido a la presión ejercida por potencias coloniales como Francia y el Reino Unido. Este último incluso emitió un ultimátum para que Portugal retirara sus tropas de áreas como actualmente se conocen Zambia y Zimbabue.
Este ultimátum, sumado a la pérdida de territorios marcados en el mapa rosado, avivó el descontento en Portugal, generando un periodo de incertidumbre y redefinición de su posición en el escenario colonial africano.
El Fin del Imperio Portugués y su Legado
La lucha social contra la monarquía desencadenó una serie de revueltas que marcaron el destino de Portugal. Uno de los momentos más emblemáticos fue el magnicidio del rey Luis Felipe el día de su coronación, convirtiéndose en el reinado más efímero de la historia con tan solo 20 minutos en el trono. Su sucesor, Manuel Segundo, se vio enfrentado a la revolución del 5 de octubre de 1910, donde el ejército se negó a combatir a los 2000 soldados rebeldes. Esta situación obligó al rey a abdicar, dando paso a la primera república portuguesa con Teófilo Braga como primer presidente provisional.
El reino de Portugal, cuyo legado se remonta a la era de los descubrimientos, llegaba así a su fin. Este país, que tanto contribuyó al mundo a través de sus expediciones marítimas, ¿no merece un mayor reconocimiento? Sus aportes fueron fundamentales en la expansión europea y dejaron una huella imborrable en la historia.
¿Qué Opinas?
Te invito a reflexionar sobre la importancia del Imperio Portugués y a compartir tus impresiones. ¿Crees que su legado marítimo debería ser más valorado en la historia? ¿Consideras que sus contribuciones merecen un mayor reconocimiento? La historia nos ofrece lecciones valiosas y es crucial recordar el impacto que civilizaciones pasadas han tenido en la configuración de nuestro mundo actual.
Gracias por ser parte de esta conversación.